Dominicana y Puerto Rico se citan en San Diego

Se había hablado del poder de República Dominicana y Puerto Rico de cara al IV Clásico Mundial de Béisbol, pero verlo en vivo ha superado todas las expectativas y le ha metido el diablo en el cuerpo a los rivales, porque tanto quisqueyanos como boricuas han triturado a sus oponentes con diversas armas.

Ambas escuadras culminaron invictas las rondas clasificatorias en Miami y Jalisco, donde han sido la gran atracción por su descomunal fuerza ofensiva y el gran trabajo de la mayoría de sus lanzadores, valores que los colocan como dos de los principales favoritos para alcanzar de nuevo las rondas decisivas.

Pero antes se medirán en San Diego, California, durante la segunda fase del Clásico, a la cual avanzaron de manera invicta. Los dominicanos apabullaron a Canadá, remontaron espectacularmente contra Estados Unidos, y se despidieron de Miami con un peleado desafío frente a Colombia, oponente que demostró en la grama su valentía y calidad para medirse a conjuntos superiores cualitativamente.

Sin el apoyo de sus ases José Quintana (Medias Blancas de Chicago) y Julio Teherán (Bravos de Atlanta), era previsible que los cafeteros sufrieran con su tercer abridor, el derecho Nabil Crismatt, quien a la postre solo aguantó un tercio ante los quisqueyanos, en los cuales permitió tres anotaciones.

Pero ese fue todo el gasto de los ardientes bates dominicanos en buen rato, porque los relevistas colombianos se plantaron firmes en la lomita y colgaron un cero tras otro desde el cuarto hasta el noveno episodio, mientras Mauricio Ramos y Jorge Alfaro con doble y jonrón, respectivamente, impulsaban las del empate.

Colombia pudo ganar en el noveno cuando colocaron en tercera con un out la carrera del gane. Sin embargo, tras una línea de Reynaldo Rodríguez al izquierdo, José Bautista puso out en el plato a Oscar Mercado, decisión muy discutida por los colombianos, que alegaban que el cátcher Wellington Castillo había bloqueado el home antes de recibir la pelota.

Al final la protesta no fructificó y en calor de la discusión fueron expulsados Tito Polo y Rodríguez. Ese fue el preludio del fin, que llegó en el inning 11 aplicándose la regla IBAF. En ese episodio Dominicana pisó siete veces la goma con batazos claves de Jean Segura, Carlos Santana y el máscara Castillo, que congelaron al pizarra en el 10-3 definitivo, marcador engañoso y que no habla de la pelea planteada por los colombianos.

En el otro partido dominical del grupo C, Estados Unidos completó también su clasificación a la siguiente ronda con cómodo éxito 7-0 frente a Canadá, plantel desarticulado y si alma para pelear. La novena de Jim Leyland atacó temprano y fabricó siete en dos entradas.

Eric Hosmer (doble de dos carreras) y Buster Posey (rolling impulsor) abrieron la lata en el mismo round de apertura, y en el segundo Nolan Arenado botó la pelota con dos a bordo: 6-0. La séptima y la octava fueron obras de Posey, primero con sencillo remolcador al izquierdo y luego por vuelacercas.

Después los maderos se relajaron y todo quedó en manos del pitcheo. El zurdo de los Reales de Kansas City propinó siete ponches en cuatro capítulos, mientras Michael Gyvens (dos), Tyler Clippard (cuatro), Jake McGee (uno) y Nate Jones (uno) ampliaron la cuenta de estrucados canadienses hasta 15.

En los hombros de sus talentosos jugadores, Puerto Rico quiere dar un golpe de autoridad. Foto: WBC

Por su parte, Puerto Rico también dejó claro en Jalisco que el subcampeonato del 2013 no fue por mera casualidad. Los boricuas arrollaron a Italia 9-3 con jornada caliente de Carlos Correa (jonrón y tres remolques) y Kike Hernández (tres cohetes y par de impulsadas).

Desde la lomita volvieron a contar con otra buena faena, ahora de José Berríos, quien propinó seis ponches en cinco innings y permitió tres carreras, todas por los jonrones de Drew Butera y John Andreoli. Con estos bambinazos los italianos suman ocho, líderes del torneo.

De esta forma, Puerto Rico, República Dominicana y Estados Unidos ya están citados para los duelos de la segunda ronda en el Petco Park de San Diego, donde se vivirá una segunda fase por todo lo alto.

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