Jordan ya demostró lo difícil que es triunfar en béisbol

Fernando Díaz Cobo

Al fin, todo el culebrón de Tim Tebow llega a su día clave. A lo largo de la jornada de hoy, en un lugar de la zona circundante a Los Ángeles, el antiguo quarterback de múltiples conjuntos de la NFL como Denver Broncos y New York Jets, tendrá su prueba de fuego ante veinte scouts de distintos equipos de la MLB que están intrigados ante una clase de prueba típica a la que se han enfrentado distintos talentos internacionales como los cubanos José Abreu, Yasiel Puig o Yoenis Céspedes de cara a mostrar a sus habilidades en distintas parcelas.

El casting al que tendrá que someterse Tebow consiste en diversas áreas en las que mostrará su velocidad en 60 yardas, su potencia de brazo, tanto en fuerza como en precisión sobre las bases, su capacidad para atrapar bolas en el outfield, pero la parte fundamental será las prácticas de bateo que tendrá contra pitchers profesionales que le ofrecerán una estricta dieta de lanzamientos de todo tipo y casi de todas las velocidades (sin previo aviso) que arrojarán más luz sobre lo que puede hacer, más allá de los vídeos que han ido circulando por Youtube y las redes sociales.

Sin embargo, aunque nadie duda de la fortaleza mental de Tebow y una ética de trabajo que es el modelo a seguir para cualquier profesional, la breve experiencia de Michael Jordan en las Ligas Menores nos proporciona un precedente no inmediato, pero si fiable de lo que puede ocurrir.

El mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos había decidido retirarse de la NBA tras el fallecimiento de su padre en 1993, y como homenaje a su progenitor, que era un ávido seguidor del béisbol, decidió probar suerte con el filial de los Chicago White Sox, que también pertenecía al dueño de los Bulls, Jerry Reinsdorf.

Y un atleta supremo como Michael Jordan falló de forma inmisericorde, ni siquiera estando en las Grandes Ligas sino en el nivel equivalente a la Segunda División B del mundo del fútbol español.

Después de estar en el spring training con los White Sox en 1994, ‘Air Jordan’ fue asignado al citado club, dirigido por un futuro entrenador como Terry Francona que es mito en Boston Red Sox y actual técnico de Cleveland Indians, y pudo comprobar la impresionante curva de dificultad que se asocia al pasatiempo nacional. Durante el transcurso de ese año, Jordan bateó un .202, con un OBP de .289 y un slugging del .266, con tres home runs, 51 carreras impulsadas más 30 robos de base en 48 intentos. Eso sí, Jordan lideró a su equipo, pero lo hizo en strikeouts…

Por suerte o no para él, el béisbol entró en huelga ese mismo año y abandonó la práctica del mismo mientras se solucionaba una huelga que hizo que por primera y única vez no se disputara las Series Mundiales. Michael Jordan anunciaba suregreso a las canchas de la NBA en lo que sería uno de los regresos más exitosos de todos los tiempos en el mundo del deporte.

Hay una declaración que me encanta y que pone a cada deporte en su justa medida, descontando las obvias diferencias entre las mismas. “Si completas un 30% de los pases en la NFL, te echan. Si aciertas un 30% de los tiros en la NBA, te echan. Si consigues un hit en un 30% de las ocasiones en la MLB, llegas a Cooperstown”.

Tebow tiene que escalar una montaña que la inmensa mayoría de las personas especializadas en el béisbol no creen que vaya a escalar y más sin haber jugado profesionalmente desde hace una década, pero nadie duda que la atención que está recibiendo el deporte nunca viene mal, aunque venga de alguien que muy probablemente jamás verá un lanzamiento en la MLB.

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