«Mi amor por las Águilas es un amor congénito» Adriano Valdez Russo

Un amor congénito por las Águilas Cibaeñas», así define el doctor Adriano Valdéz Russo su sentimiento por el equipo 21 veces campeón con sede en el Estadio Cibao.

«Desde que tengo uso de razón yo soy aguilucho. Mi papá era el fanático más ferviente… las Águilas podían estar perdiendo 9-0 en el noveno inning y él me decía que el juego aún no se había acabado, porque él tenía esperanza de una remontada, así de aguilucho él era y por eso heredé un fanatismo genético», cuenta el flamante presidente aguilucho al referirse a su padre el doctor Enrique Valdéz, quien en la década del 60 fue presidente del conjunto amarillo.

«Recuerdo que a mí me subían para celebrar cada buena jugada, y luego, él siempre hacía un postjuego para hablar con directivos y dirigentes sobre lo acontecido en el partido».  cuenta el más alto ejecutivo amarillo.

El hoy presidente aguilucho dio sus primeros pasos en el deporte cuando estudiaba en el Instituto Evangélico de Santiago, donde hay un espacio enorme que cuenta con un estadio de béisbol. Más adelante, jugó en el Centro Español desempeñándose como intermedista, inicialista y jardinero, siendo además tercer y cuarto bate del equipo.

Declara que siendo estudiante de medicina en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra su profesor de deporte habló con su padre para que lo apoyara en que se convirtiera en pelotero pues ya poseía condiciones de jugador con posibilidades de ser firmado al profesionalismo, pero de inmediato su papá dijo que no y le ordenó que continuara sus estudios y rápido le quitó esas aspiraciones.

«En la universidad fui dirigente-jugador del equipo de softbol y ganamos varios campeonatos… después de mi graduación, en 1991 me fui a hacer una especialidad de neurocirugía a Chile, allá teníamos un equipo de extranjeros de centro y norteamérica que nos gustaba el béisbol y jugábamos contra el equipo de la Universidad de Chile, que era el mejor conjunto de ese país», cuenta.

Cuando regresó al país, el convertido en un especialista galeno se enroló como asesor dentro de la administración del Consejo Directivo de las Águilas, pero al paso de los años, debido a las divisiones constantes que se producían dentro del club, este se desencantó mucho y se alejó un poco del rol de los cimientos administrativos a los que muchos años después regresó.

Economía AC
«La cosa más grande en el Cibao son las Águilas Cibaeñas, pero no tienen nada como empresa, pues no son dueñas de una casa, finca o edificación, ni poseen un certificado de depósito o una cuenta millonaria en un banco; lo que las Águilas tienen es una marca país internacional de gran prestigio y respeto», enfatiza.   

Sostiene que las Águilas Baseball Club es un equipo que funciona con pérdidas porque es el administrador del Estadio Cibao.

«El Estado entrega el estadio como un patronato a la directiva de las Águilas y así nos toca pagar factura de luz, una fuerza laboral durante los 12 meses del año, además de una vigilancia y un mantenimiento constante, entonces tenemos gastos mensualmente», explica.

El presidente de las Águilas, Adriano Valdez Russo, asumió este año la presidencia del Consejo Directivo de las Águilas en sustitución de Winston –Chilote– Llenas.

Asegura que «cuando empieza el torneo ya han pasado siete meses sin ingresos y eso genera una cuenta negativa por la cual iniciamos el torneo con un déficit».

Valdéz Russo puntualiza que la franquicia aguilucha tiene muchos dueños y los accionistas originales era poco más de treinta, uno de ellos era su padre.

Familia
El doctor Valdéz Russo tiene 29 Años de casado con la chilena Carmen Cerra con quien ha procreado tres hijos: el arquitecto Adriano de Jesús, el médico Cristian Enrique y el joven estudiante Daniel, de 15 años de edad.

Se graduó de doctor en Medicina en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, luego en 1991 hizo un doctorado en Ciencias Médicas con especialidad en Neurocirugía en la Universidad de Chile. Desde 2007 dirige la unidad de Neurocirgugía del Hospital Metropolitano (HOMS).

La mayoría accionistas AC no es rica ni millonaria
«Según los estatutos, usted pasa sus acciones tras la muerte o se las cede a un hijo y usted se sale. A la fecha, hay 105 accionistas y son muy pocos los que puede decir que son ricos o millonarios, tal como los hay en las demás franquicias que conforman la Liga Dominicana de Béisbol; aquí somos abogados, ingenieros, médicos, gente del béisbol… en fin, personas éticas y morales de la ciudad de Santiago.

Admite que, no obstante a una buena administración que le precedió, él recibió las Águilas con un déficit de muchos millones de pesos.

«Para recuperarse de eso hay que estar al día con todas las cuentas por pagar, llámese impuestos, servicios de energía, teléfono, cable, internet… aparte de eso, nosotros venimos implementando unos planes de modernización en la misma medida que nos ponemos al día con todo lo mencionado, hemos tenido que convertirnos en muy buenos administradores para no meternos en rojo con nuestro presupuesto», apuntó.

Revela que en su caso particular, comienza con un gran déficit debido a que cuando un equipo gana y va a la Serie del Caribe tiene mayores gastos porque se le dan premios a los jugadores como parte de lo que está establecido en la LIDOM y ello se convierte en otro gasto económico.  

«En estos cuatros meses estamos manejándonos dentro de los límites de nuestro presupuesto establecido y en diferencia al año pasado hemos gastado un millón de pesos por encima, aún pagando las deudas», aclaró.

Define como un efecto positivo el haber ganado el torneo pasado ya que en los pasados dos meses las Águilas han tenido una respuesta fuerte de fanáticos abonados, la cual ha sido mucho mayor en comparación al año pasado.

«Hemos traído una filosofía diferente, y, sin señalar directamente a mis antecesores, debo decir que históricamente aquí se han regalado asientos o pases para venir al juego… y pongo un ejemplo: si soy tu amigo, cuenta conmigo para que vengas al play gratis a ver el espectáculo… yo voy en contra de todo eso, porque en vez de bien, hace un daño a la franquicia», señala.

«Yo estoy muy de acuerdo en ofrecer y, de hecho, verán durante la temporada personas de bajos recursos, a niños y asociaciones sin fines de lucro con más de mil asientos asignados en el estadio, esa es una cosa, pero otra es que, un colega mío que sea una persona cuya situación económica es holgada, por amistad me pida dos pases, lamentablemente no voy a poder conseguírselos; lo que puedo hacer es facilitarle que los compre», advirtió.  

En otro orden, el presidente aguilucho informó sobre una plataforma en internet para vender boletas mediante la cual se moderniza el sistema de compras y al mismo tiempo se descongestiona la boletería que es algo siempre muy criticado por la lentitud y el obstáculo que se genera.

«Es muy bueno saber que vas a llegar a las ocho de la noche al play y encontrarás tu asiento… porque nosotros también vamos a facilitar la entrada al estadio con varias mejoras al parqueo. Veo que en la LIDOM llegas faltando 15 minutos para la hora de inicio del partido y logras entrar en el segundo inning… eso no puede ser, es un realidad negativa de los organizadores y somos nosotros los que debemos facilitar la llegada el play y que el fanático acceda sin inconvenientes y pueda ver el primer lanzamiento del juego. En ese sentido hemos hecho esfuerzos», puntualizó.

Afirma «esta es una franquicia histórica y lo único que nos falta es que facilitemos la llegada al estadio para que el fanático disfrute un espectáculo de calidad y con seguridad, ya estamos haciendo acopio de eso y este es el mejor momento para hacerlo».

Opina que «ver un juego de las Águilas es una de las pocas actividades recreativas que hay en esta ciudad. En Santiago hay pocas obras de teatro, aparte de ir al cine, cenar en un restaurante o visitar unas amigos, hay pocas cosas que ver. Esta es la actividad número uno en este país y así será por muchos años».  

Cómo ve el equipo?
Valdéz Russo estima que en los años en los cuales las Águilas no ganaban había una carencia de una gerencia o una persona de béisbol encargada de timonear a ese grupo de jugadores de una manera proactiva como debe ser.

«Los peloteros necesitan que los incentiven, estimulen y que los lidereen. Si los lidereas y no los incentivas económicamente o no les das las condiciones ambientales de cómo tiene la esposa y los niños, cómo estás comiendo, su transporte para venir al estadio y darle sus boletas, eso se convierte en un problema, por tanto, tiene que haber un ambiente favorable y un líder, y si lo haces, esa combinación da resultados positivos», sostiene. 

SUS ALEGRÍAS
En 1975 la serie final del béisbol se fue al máximo entre Estrellas de Oriente y Águilas Cibaeñas y el juego decisivo se jugó en San Pedro de Macorís. «Entre los pocos directivos que fueron a ese juego estaba mi padre, el doctor Valdéz… las Estrellas eran ampliamente favoritas ya que el lanzador era James Rodney Richard, un portento del pitcheo y promisoria estrella de los Astros de Houston con una recta muy viva; Yo no me le despegaba a mi papá y nos fuimos a San Pedro; ese día el estadio estaba imposible, rebozado… fui al baño y al regreso no pude llegar a mi asiento debido a tanta gente que ocupaba los pasillos y recuerdo haber derramado un par de lagrimas porque no podía avanzar y quería llegar donde mi padre», recuerda.