Osvaldo Virgil y el día que RD se abrió paso en las Grandes Ligas

La historia de Osvaldo José Virgil Pichardo (Montecristi, 7 de mayo de 1932) se ha contado una y otra vez. Virgil ya es leyenda en la República Dominicana, una tierra beisbolera que hoy celebra el aniversario 60 del ascenso de este montecristeño a las Grandes Ligas.

Fue un domingo 23 de septiembre de 1956 cuando Virgil hizo historia al defender la tercera base para los Gigantes de Nueva York en un duelo contra los Filis de Filadelfia en la Gran Manzana. Es cierto.

Ese día se fue en blanco, pero abrió una puerta que seis décadas después se mantiene ensanchada de par en par gracias al talento de otros 688 dominicanos, incluido el más reciente, Manuel Margot, joven jardinero que milita con los Padres de San Diego.

“El primer día que me reporté no jugué. Vine a jugar en el segundo partido y me fui de 4-0”, recordó Virgil hace poco durante una entrevista para elCaribe. “Luego duré mucho sin jugar y volví a jugar en un doble juego en Filadelfia, donde conecté cinco hits en ocho turnos.

Recuerdo, incluso, que fue ante un lanzador que está en el Salón de la Fama: Robin Roberts”. Después de él han llegado dos nichos en el Salón de la Fama de Coospertown (Juan Marichal y Pedro Martínez), diez premios al Jugador Más Valioso entre seis peloteros (George Bell, Sammy Sosa, Miguel Tejada, Vladimir Guerrero, Álex Rodríguez (3) y Albert Pujols (3), cuatro galardones Cy Young (Pedro Martínez (3) y Bartolo Colón), un miembro en el club de los 3,000 hits (Álex) y cinco jugadores en el club de los 500 jonrones (Álex, Sammy, Pujols, Manny y David Ortiz). Nada mal para 60 años de historia.

Virgil no solo fue el primer criollo en las Grandes Ligas, también se convirtió en el primer jugador de color en el equipo Tigres de Detroit. Lo hizo con un juego de cuatro hits ante los Senadores de Washington el 19 de junio de 1958, año en el que llegó a esa organización procedente de los Gigantes. Virgil llegó a los Tigres junto al primera base Gail Harris a cambio del antesalista Jim Finigan y unos 25 mil dólares en efectivo.

Jugó varias posiciones, algo que le ayudó para permanecer en Grandes Ligas hasta 1969. Gigantes (1956-1957); Tigres (1958, 1960-1961); Orioles de Baltimore (1962); Piratas de Pittsburgh (1965) y Gigantes de San Francisco (1966-1969).

Virgil también tiene su historia en la pelota invernal dominicana. Militó con los Leones del Escogido y Águilas Cibaeñas, equipos a los que luego dirigió, una función que desempeñó en la liga venezolana con los Leones del Caracas, Tigres de Aragua, Tiburones de La Guaira y Cardenales de Lara.

Recientemente El Orégano participó en una actividad de los Gigantes de San Francisco en República Dominicana junto a Juan Marichal y Felipe Rojas Alou, quienes valoraron la importancia en el devenir del béisbol criollo. “Después de Osvaldo, el país explotó en cuanto a presencia de jugadores dominicanos en las Grandes Ligas”, reconoció Alou, segundo pelotero criollo en debutar en las Mayores.

“Cuando se dieron cuenta de que este país podía producir peloteros, entonces empezaron a firmar más jugadores como Julián Javier, Ruddy Hernández y Juan Marichal, y otros con buenas credenciales”. El Ministerio de Deportes celebra esta fecha histórica para el deporte en República Dominicana y lo hará con la presencia del propio Virgil. Es un día especial que debe ser recordado de manera especial.

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