De Aza pide a la Justicia que agilice su demanda por estafa millonaria

SANTO DOMINGO. Alejandro de Aza finalmente ha salido en su defensa fuera de los tribunales tras un año evitando los medios. El jardinero con 10 temporadas en Grandes Ligas asegura que entregó cerca de US$6 millones a un amigo de infancia para adquirir bienes raíces en La Romana y que todo el negocio resultó en una estafa.

“Creo que ya es hora de responder cualquier duda que tengan”, dijo De Aza.

Acompañado por cuatro abogados, De Aza pidió al procurador Jean Alain Rodríguez que “agilice el proceso” por el que habría recibido amenazas de muerte y que “personas de gran poder han tratado de presionar a las autoridades judiciales que llevan el caso y entorpecer las investigaciones”.

El guardabosque de 32 años y nativo de Guaymate aseguró que a principio de 2016 Yoeli Decena “Yoeli Gold” le propuso invertir en propiedades que supuestamente poseía su compañero sentimental de nacionalidad italiana, pero que resultaron ser falsas. Ya en noviembre del pasado año el caso llegó a la justicia cuando comprobó que Decena no tenía derecho sobre las propiedades y que los documentos eran falsos.

Abogados de Decena, recluido en una prisión en La Romana, dicen que este heredó 3,5 millones de euros de su ex pareja fallecida y supuestamente De Aza lo convenció para que le entregara el dinero para hacerle transferencias a su cuenta y luego el atleta intentó matarlo.

La audiencia preliminar será el 4 de diciembre.

César Ruiz, uno de los abogados de De Aza, aseguró que el grupo de Decena utilizó 28 contratos falsos y al ser llevado al INACIF para comprobar las firmas allí se les informó que estaban detenidas las experticias caligráficas “por orden de la Procuraduría General de la República. Si eso no es obstrucción que alguien me diga qué es”, dijo Ruiz.

La defensa del pelotero pidió la incautación de bienes superiores a los US$2 millones que fueron comprados con dinero de la estafa. De Aza ha rechazado jugar con los Toros del Este e irá a reforzar a Venezuela. l

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