Los Filis no perdieron tiempo en llevar su ruidosa celebración del terreno al clubhouse de los visitantes, donde descorcharon la champaña. Fueron los Cardenales quienes tardaron en marcharse. Se quedaron rumiando sus penas y el fin de una era.
Los Filis no perdieron tiempo en llevar su ruidosa celebración del terreno al clubhouse de los visitantes, donde descorcharon la champaña. Fueron los Cardenales quienes tardaron en marcharse. Se quedaron rumiando sus penas y el fin de una era.