Matos Berrido no merece ningún reconocimiento

Amo al Licey desde que tengo uso de razón porque mi papá solía llevarnos al estadio y, aunque por entonces no entendía demasiado, quedé prendada de la emoción que se respiraba en el lugar. Por ello, pocas cosas disfruto más que ver a mis tigres jugar y ganar un buen partido.

Este año, como de costumbre, estaba esperando por horas el inicio del campeonato. De repente, sin embargo, reparé en un detalle nada trivial pero que se me escapó cuando lo anunciaron: este año el torneo estará dedicado a Leonardo Matos Berrido, quien duró 26 años al frente de la Liga Dominicana de Béisbol (LIDOM) a pesar de que jamás debió ocupar ese ni ningún otro de los cargos que ostentó en el tren gubernamental.

Por: Marien Aristy Capitán
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El que Matos Berrido haya sido tratado como un señor a través de los años no significa que él lo merezca: es producto de la complicidad de una sociedad que olvida con demasiada frecuencia.

¿Es que nunca cobraremos las afrentas pendientes?

Cada vez que Matos Berrido es nombrado o reconocido estamos lacerando la memoria de su esposa Edith Gómez, a quien asesinó el 31 octubre de 1982 en el parqueo del hotel Embajador, un crimen por el que nunca pagó. ¿Cómo es posible que, si el Gobierno dice luchar contra los feminicidios, se honre a un feminicida?

Aunque la LIDOM permite que los equipos presenten a las mujeres como cosas de usar y tirar, gracias a las «bailarinas» que parecen promotoras sexuales, llama la atención que la Procuraduría no se haya pronunciado al respecto ahora que va promoviendo un plan nacional contra la violencia de género. ¿Es que no se da cuenta que eso nos violenta?